Trixenergy SRL, compañía dedicada a la importación, instalación y comercialización de sistemas fotovoltaicos, suma 482 instalaciones en República Dominicana.

En sus seis años de experiencia en este país ha podido integrar soluciones desde 5 kW a 150 kW, pero han encontrado complicaciones para expandirse a otros segmentos del mercado.

Según comunicó a este medio Humberto Reginato Nilson, gerente general de Trixenergy han querido explorar, pero aún sin éxito, otros modelos de negocios como aquellos que en otros mercados se denominan generación distribuida comunitaria.

“Desde hace mucho tiempo estamos proponiendo el uso de granjas solares y que sus dueños sean los que no poseen techo para instalación pero para eso habría que modificar la ley”, advirtió Humberto Reginato Nilson. 

Adicionalmente, empresas como Trixenergy tampoco habrían podido desplegar todo su potencial en el segmento del mercado en el que ya se encuentran por algunas barreras en tramitología.

“El avance de las instalaciones de autoconsumo se han visto bloqueadas por las Distribuidoras poniendo trabas y demorando los permisos con sistemas burocráticos y falta de personal para las labores de atención del sistema”, acusó el referente de Trixenergy. 

Quien agregó: “También está la dificultad que ponen para la entrega de medidores bidireccionales, que a veces se demoran hasta 8 meses después de tener instalados los sistemas”.

Concluyendo, señaló que además de esperar celeridad para la autorización de nuevas instalaciones y la instalación de medidores, aún son necesarios nuevas medidas para eliminar las barreras de entrada de nuevos usuarios a estas alternativas de generación.

“Que se consigan más facilidades en el financiamiento y que se reconozcan los sistemas fotovoltaicos como prendas para hipotecar para facilitar el financiamiento”, deseó Humberto Reginato Nilson. 

Y es que siguiendo con la lectura de Nilson, es preciso democratizar el acceso a la generación distribuida renovable para que esta se masifique, generando un impacto positivo no sólo desde lo medioambiental sino también desde lo económico.

“República Dominicana subvenciona casi el 70% del pago de la electricidad con una tarifa bajo costo lo que hace que tengan que subvencionar con más de 1800 millones de dólares anualmente a las generadoras , que son las que se oponen a las instalaciones de los sistemas”, finalizó Nilson.