El eventual fin del conflicto bélico entre Rusia y Ucrania tendría implicancias profundas en los mercados globales del petróleo y del gas natural, generando movimientos significativos en sus precios internacionales. Uno de los efectos inmediatos sería una disminución de la prima de riesgo geopolítico que la guerra ha instalado en los mercados energéticos, la cual ha elevado considerablemente los precios tanto del petróleo como del gas natural debido a los temores sobre la estabilidad del suministro ruso hacia Europa.

Un acuerdo de paz firme permitiría una normalización paulatina del suministro energético desde Rusia hacia Europa, particularmente de gas natural, cuya oferta ha sido dramáticamente reducida desde el inicio del conflicto. Esta situación derivaría en una caída notable de los precios del gas en el mercado europeo, aliviando también la presión sobre los mercados internacionales de Gas Natural Licuado (GNL), fuertemente demandado ante la necesidad de Europa de diversificar sus fuentes de aprovisionamiento.

Asimismo, se podría esperar una recuperación parcial de las exportaciones rusas de crudo, actualmente restringidas por sanciones impuestas por Occidente en respuesta al conflicto. Un relajamiento parcial o total de estas sanciones, facilitado por un eventual acuerdo diplomático, incrementaría gradualmente la oferta global de petróleo, ejerciendo una presión a la baja en sus cotizaciones.

Paralelamente, los mercados financieros y especulativos reaccionarían positivamente ante la expectativa de estabilidad geopolítica. Esta nueva percepción reduciría la especulación alcista y la volatilidad que han caracterizado a los mercados energéticos durante los últimos tiempos, provocando una corrección inicial a la baja en los precios del petróleo. Sin embargo, se estima que esta baja inicial podría estabilizarse en niveles ligeramente superiores a los registrados antes del conflicto, debido a factores estructurales persistentes, como la sostenida demanda energética global.

En efecto, aunque el fin de la guerra reduciría considerablemente la presión alcista inmediata sobre los precios energéticos, no eliminaría por completo otros factores estructurales claves. Entre ellos destacan la disminución sostenida de las inversiones globales en exploración y producción de hidrocarburos, impulsada por la transición energética hacia fuentes renovables, así como la fuerte recuperación económica y energética de regiones como Asia, que mantendrán alta la demanda global de petróleo y gas natural.

En apretada síntesis: los precios del petróleo y del gas natural inicialmente podrían sufrir una baja, debido a la reducción inmediata en la prima de riesgo geopolítico y a la recuperación gradual de la oferta energética rusa hacia Europa. Sin embargo, tras esa caída inicial, es probable que los precios se estabilicen en niveles ligeramente superiores a los anteriores al conflicto, impulsados por factores estructurales persistentes, como la sostenida demanda global de energía y la disminución de inversiones en hidrocarburos debido a la transición energética.

A.B.A.