Ecuador detendrá la explotación de petróleo de uno de sus mayores yacimientos, situado en el Parque Nacional Yasuní, al que se le considera el corazón de la Amazonía ecuatoriana y uno de los epicentros mundiales de biodiversidad.

A nivel nacional el Sí se impone en la consulta popular sobre la explotación en el bloque 43 – ITT (Ishpingo, Tambococha, Tiputini). Sin embargo, según los resultados preliminares del Consejo Nacional Electoral (CNE), el No gana en dos de las 24 provincias, una es Sucumbíos y la otra es Orellana, justo donde se concentran las tres áreas: Ishpingo, Tambococha, Tiputini.

El bloque 43 está en una parte del Parque Nacional Yasuní, que se encuentra entre Pastaza y Orellana. Ishpingo y Tambococha están dentro del Yasuní, mientras que Tiputini está fuera del parque. Quienes votaron Sí se pronunciaron a favor de mantener el crudo bajo tierra, y por el no quienes pedían que se siga con la extracción.

El resultado constituye un rotundo triunfo de Yasunidos, el colectivo ambientalista que impulsó esta consulta nacional con el objetivo planteado por ellos de proteger el Yasuní, un área extremadamente sensible a cualquier derrame de crudo, y también a los pueblos indígenas en aislamiento voluntario que habitan en el Parque Nacional.

También es una victoria para el movimiento indígena, que se había manifestado mayoritariamente a favor del Sí” en especial el pueblo indígena de los waorani, la etnia más numerosa que habita el Yasuní, una área natural protegida de un millón de hectáreas de extensión.

Con este resultado se abre un período de incertidumbre para el país, que deberá prescindir de un yacimiento donde se producen a diario 55.000 barriles de petróleo, lo que equivale al 11% de la producción nacional de crudo, uno de los granes pilares de la economía ecuatoriana.

Según los cálculos del Gobierno, el cese de operaciones en el Bloque 43-ITT causará un perjuicio al Estado de 1.200 millones de dólares al año en beneficios por la venta del crudo, lo que en el periodo de 20 años puede ascender a 13.800 millones de dólares.
Las estimaciones del Ejecutivo también contempla un costo de 500 millones de dólares para desmantelar unas instalaciones cuya construcción costó cerca de 2.000 millones de dólares.

Petroecuador siempre sostuvo que, desde el inicio de operaciones en el año 2016, la explotación del Bloque 43-ITT se había llevado con los más altos estándares ambientales para preservar el sensible entorno ambiental en el que se encuentra.
Entre las técnicas aplicadas estaba la perforación en racimo, de modo que desde una misma plataforma partían pozos en múltiples dirección, en lugar de construir múltiples plataformas por cada pozo, lo que aumentaría el área de deforestación, lo que hace que las instalaciones ocupen apenas 80 hectáreas.

Hasta ahora no se había reportes sobre derrames de crudo al medioambiente procedentes de las instalaciones del Bloque 43-ITT, el más reciente y productivo del Yasuní, pues dentro del Parque Nacional se produce petróleo desde los años 80 en los Bloques 16, 31 y 67, a los que no afecta esta consulta.