Antigua y Barbuda guarda un potencial de 400 MW eólicos y 27 MW solares viables para desarrollar, de acuerdo a reiterados reportes de C-SERMS Caribbean Sustainable Energy Roadmap and Strategy.

Y aquella capacidad renovable busca ser aprovechada por el Gobierno local. Una muestra de esto se dió en el proceso de revisión de las Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDC), donde se pasó de una humilde meta del 15% para el 2030 a proponer conseguir que el 100% de su generación de energía provenga de fuentes de energía renovables esta década.

¿Cuál es el escenario actual? ¿Cómo lograrán aquel objetivo? ¿Se convocará a licitaciones? Fueron algunos de los interrogantes que despertaron aquella decisión. 

En exclusiva para Energía Estratégica, Colin John Jenkins, miembro de la Junta Ejecutiva del Caribbean Center for Renewable Energy and Energy Efficiency (CCREEE), consideró que con el afán de promover la sostenibilidad energética y reducir la huella de carbono, Antigua y Barbuda apostará por estas tecnologías. 

“No tenemos ríos para la energía hidroeléctrica y la energía de las olas sería cara por el momento”, introdujo. Con lo cual, precisó: “las energías renovables previstas son la solar y la eólica”. 

En las islas quedan en pie algunos molinos de viento azucareros que dieron vida a la economía local tiempo atrás y que son referencia para que hoy nuevos aerogeneradores para la producción energética doten de la resiliencia y sostenibilidad esperada para las actividades actuales. 

Como principal industria de este siglo, el turismo empieza a tomar conciencia de los beneficios que tienen asociados. Desde el sector privado, las plantas hoteleras ya empiezan a hacer uso de techos solares o hasta Green Globes; mientras que por el lado público, el Departamento de Medio Ambiente se encuentra implementado instalaciones para ayudar a las estructuras a generar resiliencia.

“Ofrecer una hipoteca verde seguramente ayudaría”, valoró Colin John Jenkins.

Volviendo a los NDC, lograr los 100% en 10 años parecería ser una meta ambiciosa cuando se considera que -siguiendo datos de IRENA- la proporción de energía renovable en la capacidad eléctrica local es del 9.3% (Renewable Energy Capacity Statistics 2021).

Visto esto, el referente de la CCREEE agregó “Para nuestro PIB, el costo de todos nuestros compromisos para cumplir con el Acuerdo Climático de París requerirá asistencia continua y proyectos financiados por subvenciones”.

Colin John Jenkins, miembro de la Junta Ejecutiva del Caribbean Center for Renewable Energy and Energy Efficiency.

Siguiendo su análisis, Antigua y Barbuda se encontraría con complicaciones para alcanzar su nueva meta de penetración de energías renovables. 

De allí es que el Departamento de Medio Ambiente, gremios y ONGs, como Environment Awareness Group y similares, continúan sensibilizando a las partes interesadas y los usuarios finales sobre alternativas para ahorrar energía primeramente, y otras para cubrir la demanda eléctrica con energía eólica o solar. ¿Los contratos entre privados podrían prosperar?

En cuanto a arreglos y contratación de gran escala, Colin John Jenkins clarificó que “actualmente, el Gobierno regula la producción de energía en general a través de un acuerdo con la empresa privada Antigua Power Company (APC)”. Y que para otras escalas menores “hay personas que fueron certificadas bajo la política energética como técnicos reconocidos para instalar dichos sistemas”.