El fortísimo temporal que golpeó a Bahía Blanca y al resto de la provincia de Buenos Aires dejando a más de un millón de usuarios sin luz desplazó a un segundo plano informativo un evento inédito en la red de transporte eléctrico. Un corte generalizado sorprendió al norte del país en las primeras horas de la noche del domingo 17. El detonante fue un intento fallido por energizar una línea de transmisión de 500 kV en la provincia de Córdoba. El servicio en el norte del país volvió hacia la medianoche, pero lo llamativo del caso es la inédita razón detrás de la falla en Córdoba: una «nube de sal» sobrevoló y afectó tendidos y estaciones eléctricas de alta y media tensión en el centro y norte de la provincia, un episodio que EconoJournal pudo reconstruir a partir de consultas a distintas fuentes.

CAMMESA, la compañía administradora del despacho de energía, reportó que el corte masivo se debió a una prueba de energización negativa sobre la línea de extra alta tensión (LEAT) de 500 kV entre Recreo (Catamarca) y Malvinas (Córdoba), que registraba inconvenientes desde el día anterior. Al probar la línea se produjo el desenganche de otra LEAT de 500 kV entre Cobos (Salta) y Monte Quemado (Santiago del Estero), produciendo el colapso total del área NOA (2000 MW aproximadamente) y un colapso de tensión en el NEA (700 MW). El noroeste quedó desvinculado de la red de 500 kV.

«Nube de sal» en Córdoba

El reporte de CAMMESA señala como origen del problema en la LEAT entre Recreo y Malvinas una «contaminación en aisladores» de la estación transformadora 500 kV/132 kV Malvinas. EconoJournal pudo averiguar que la contaminación en cuestión en el nodo Malvinas de 500 kV de Transener y en algunas líneas y subestaciones de 132 kV de la Empresa Provincial de Energía de Córdoba (EPEC) se debió a una «nube de sal».

La nube de sal se originó en el noreste de Córdoba, en la Laguna Mar Chiquita, una laguna de elevada salinidad bien conocida por los productores agropecuarios del norte provincial. Sucede que la sal que queda expuesta en el lecho por la evaporación de la laguna suele ser arrastrada por los vientos a varios kilómetros de distancia, hasta sus terrenos, lo que genera preocupación por el daño que puede ocasionar sobre los cultivos tradicionales de la zona, como trigo, maíz, soja y girasol.

Por las altas temperaturas en la zona de la laguna, el sábado 16 se generó una formación gaseosa de salitre que fue arrastrada por los intensos vientos hacia la zona de la estación transformadora Malvinas. «Esta ‘nube de sal’ afectó la infraestructura, interrumpiendo la prestación de servicio en las líneas de 500 kV y 132 kV, que se vinculan a la estación transformadora», reza un memo interno de Transener visto por este medio. Los primeros indicios de este peculiar problema surgieron con la circulación de videos en las redes sociales en los que se puede observar cómo la sal reacciona con la llovizna.

La llovizna y la sal desatan las descargas en una subestación de EPEC fuera de servicio.

Hecho inédito

Las tormentas de polvo salino son una marca registrada en la zona y los productores agrícolas están acostumbrados a lidiar con ellas. Pero es la primera vez que una nube de sal detona un problema generalizado en líneas y estaciones eléctricas de EPEC y de Transener.

El efecto concreto del polvo salino sobre la infraestructura es la reducción de la capacidad de aislación de los aisladores. «El polvo salino detectado y verificado mediante análisis fisicoquímicos, es soluble en agua y tiene características conductivas de la electricidad, lo que explica la afectación a componentes aislantes registrada», explica el memo.

En Transener señalaron que se trató de un hecho inédito para el sistema de transporte de 500 kV como para EPEC. «Es inusual para nosotros que llegue la llovizna desde ese salitre al lugar donde llegó e hizo que los aisladores pierdan su capacidad de aislación», explicaron desde Transener ante una consulta de este medio.

Además de inusual, se trata de un fenómeno climático para el que hoy no existe un diseño preventivo si vuelve a ocurrir. «Si vuelve a soplar un viento de esta manera y con esas condiciones en la laguna y de sal deberíamos poner un paredón de 25 metros para que no llegue al aislador, lo cual es una locura, no tenés manera«, graficaron el problema en la compañía.

Limpieza

En respuesta, Transener activó un protocolo de emergencia con la asistencia de cuadrillas de mantenimiento provenientes de Córdoba y otras provincias para intervenir sobre la infraestructura. También se contó con la colaboración de dotaciones de bomberos. El operativo fue coordinado con autoridades locales y EPEC.

La intervención consistió en la utilización de hidrolavadoras y cepillos para remover la sal de las estaciones y de los aisladores en las líneas. «Nosotros tenemos dos opciones para hacer hidrolavados. Uno es cuando las líneas están con tensión, se usa un agua especial, sin minerales. Pero esta linea al salir de servicio vinieron los bomberos y lo lavaron«, añadió la fuente en referencia a los trabajos de limpieza en la línea entre Recreo y Malvinas.

Operarios removiendo la sal con cepillos en las tres fases de la línea de 500 kV de Transener.

«Los aisladores se limpiaron y funcionaron correctamente. Se hicieron los ensayos en los laboratorios y se resolvió sin inconvenientes», concluyeron en Transener.

Laguna Mar Chiquita

Mar Chiquita es un lago poco profundo, salado y variable. Cuando el nivel del agua es alto, el lago cubre hasta 6.000 kilómetros cuadrados. Cuando está bajo, se reduce a 2.000 kilómetros cuadrados, dejando al descubierto extensas marismas y salinas a lo largo de su costa norte. Pese a la variabilidad, la laguna se va achicando progresivamente, dejando expuestas más sales a la atmósfera.

Una estela de polvo salino en Mar Chiquita registrada por un satélite de la NASA.

Un estudio de investigadores de la Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de la Universidad Nacional de Córdoba realizado entre 2005 y 2017 determinó que el riesgo de sodificación del suelo a corto plazo es bajo, pero los efectos en el largo plazo son inciertos. «Dado que en el siglo XXI se proyectan emisiones de polvo más intensas provenientes de lagos cada vez más reducidos a nivel mundial, los suelos agrícolas expuestos a la deposición de polvo rico en sal deberían ser monitoreados para evaluar las amenazas a la producción de alimentos», advierte el reporte.

, Nicolás Deza